Otra parte de mi vida.
Mi vida, tu también eres mi vida, eres una de esas seis vidas que dan sentido a mi propia vida. Ya se que las cosas no siempre llegan cuando uno quiere o lo desea, a veces ni llegan. Ni tan si quiera este post que llevo meses prometiéndote. Mentalmente lo he escrito mil y una veces desde la primavera pasada. Pero era difícil no solo para ti, también para mi gestionar tantas emociones.
Cuando ves que tu niña del
alma lleva toda su vida luchando
para llegar donde ella considera que debe de estar; cuando se marca
objetivos altos y ambiciosos y tu misma dudas de si podrá alcanzarlos, el miedo te invade. Es curioso, pues me
invade a mi como madre que no he luchado
ni la mitad que tu, que no era mi vida aunque lo sentía como un trozo de mi
misma lo que estaba en juego. Sabiendo lo
que puede hacer el miedo, como se contagia y como se propaga, no quería hacerlo
crecer, no quería ni escribir, ni moverme , ni respirar, solo quería que
pasasen los meses , que la vida te diese la oportunidad de estar en donde
querías llegar y de verte feliz. En el fondo tenía miedo de verte sufrir.
Ahora si que puedo escribir, puedo decir que aunque el estrés, el miedo, la angustia y el llanto estuvieron presentes
en nuestras vidas el año pasado, ahora todo ello se ve recompensado. Eres
afortunada, llegaste donde te propusiste. No todos tienen esa suerte. Nadie se
imagina que con dislexia se puede llegar a medicina. Nadie se imagina el
esfuerzo y los sacrificios que llevas desde pequeña haciendo. Nadie se imagina
las horas y horas de trabajo, de caerte y de volver a levantar, de disciplina y
de lucha que ha supuesto estar en primero de medicina. Nadie se acuerda del
sufrimiento de tu primer dictado en el colegio. Todos creen que eres muy inteligente, que venían del cielo todas esas notas y pocos veían lo que había detrás.
Por ese miedo, por no querer meter mas presión, ni más estrés, por la incertidumbre de no saber que iba a pasar, por la ansiedad de verte
estudiar y estudiar a todas horas, por miedo a hacerte daño, por todo ello
decidí protegerte una vez más. No escribiendo era mi manera de no llamar la
atención, de no interferir más en tu
vida, de cruzar los dedos, de confiar
en que la vida es justa y que era tu vida. Tú y solo tú tenías que decidir,
tenías que apostar y asumir los resultados. Pero ahora si que puedo escribir ,
sin miedo a nada, con el orgullo de ser tu madre y de verte tan feliz.
Claro que me siento orgullosa
de ti, de que estés en medicina, de
tus logros y esfuerzos. Pero lo que verdaderamente me enorgullece es verte a ti feliz. Verte enamorada de tu carrera. Con una confianza plena en tus capacidades.
Agradecida con la vida y las oportunidades que te han brindado. Deseando
ayudar a los demás. Orgullosa de ti
misma y de tus decisiones, de haber navegado contracorriente muchos años. De haber luchado contra ti misma, contra
tus nervios, tu afán de perfeccionismo, tu inseguridad y miedo de ti misma.
Por ser sincera y no querer ocultar las dificultades y piedras que te
encontrabas. Por ser capaz de reconocer
tus sentimientos y emociones. Por
querer vencer todas esas barreras. Por poner tanta pasión, cariño, afecto y
gusto en el hecho de aprender, de aprender a vivir y a luchar por tu vida. Por
creer en ti misma. Por todo ello, por tu sonrisa y tus lágrimas, por tu cariño
y esfuerzo, por ser como eres te adoro,
te quiero y me siento orgullosa de ti.
Solo decirte que lo que te queda por delante es duro y largo, que
no desesperes. Que te quedan muchas horas de estudio, trabajo y esfuerzo. Pero estoy segura de que serás una gran
médico. Que te sentirás feliz en tu trabajo. No te olvides que aprender es
siempre sinónimo de descubrir. Que uno aprende aprendiendo a vivir con los
demás. Que para aprender necesitamos la cabeza, el corazón y el cuerpo. Pero
sobre todo no te olvides de que lo que “el corazón aprende hoy, la cabeza lo
aprenderá mañana.”
[tags] dislexia, emociones, fracaso, frustration, sentimientos, daños[tags]
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que hermoso!!
ResponderEliminarBuenas tardes, cuánta inspiración en tus palabras, cuánto ejemplo, cuánto consuelo.
ResponderEliminarHace casi tres años que escribiste esta entrada. Y me gustaría saber cómo sigue la historia. Porque necesitamos seguir creyendo que es posible estar donde se desea estar. Sea en un lugar o en otro, en cualquier punto del camino, pero con alegría. Tal vez es mucho pedir, pero si fuera posible, agradecería conocer un poco más de este proceso sin duda durísimo, pero seguro que ilusionante.
Muchas gracias.