/

02 noviembre 2016

Cuando estás donde siempre quisiste llegar.

Otra parte de mi vida.

Mi vida, tu también eres mi vida, eres una de esas seis vidas que dan sentido a mi propia vida. Ya se que las cosas no siempre llegan cuando uno quiere o lo desea, a veces ni llegan. Ni tan si quiera este post que llevo meses prometiéndote. Mentalmente lo he escrito mil y una veces desde la primavera pasada. Pero era difícil no solo para ti, también para mi gestionar tantas emociones.

Cuando ves que tu niña del alma lleva toda su vida luchando para llegar donde ella considera que debe de estar; cuando se marca objetivos altos y ambiciosos y tu misma dudas de si podrá alcanzarlos, el miedo te invade. Es curioso, pues me invade a mi como madre que no he luchado ni la mitad que tu, que no era mi vida aunque lo sentía como un trozo de mi misma lo que estaba en juego. Sabiendo lo que puede hacer el miedo, como se contagia y como se propaga, no quería hacerlo crecer, no quería ni escribir, ni moverme , ni respirar, solo quería que pasasen los meses , que la vida te diese la oportunidad de estar en donde querías llegar y de verte feliz. En el fondo tenía miedo de verte sufrir.