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08 febrero 2013

Disléxico sí, listísimo también.



  Que ser disléxico no significa que uno es menos listo, menos espabilado que el resto, es algo obvio. Sí, algo obvio, pero que no siempre lo parece. El desconocimiento sobre la dislexia y sus características hace que mucha gente te insinúe, porque esas cosas no se suelen decir así como así, que tu hijo es poco espabilado. El lenguaje corporal dice tanto como el verbal, basta una mirada o una actitud para que todo quede dicho. Si encima añadimos el hecho que estos niños no suelen sacar al principio notas altas, que suelen tener malos resultados académicos, pues puede parecer que son menos listos. En Madrid, somos especialistas en creer que el colegio de nuestros hijos es el que tiene el mayor nivel de exigencia y por lo tanto, nuestro ego crece al ver que encima van bien en ese colegio. Nuestros hijos son lístisimos. Es como con la lectura, creemos que quien antes lee es más listo. Hasta que te toca tu hijo disléxico, que empieza a tropezar en primero de primaria, a tropezar una y otra vez, mientras que los demás van como si nada. Es más, el resto de sus compañeros tienen tiempo para hacer todo tipo de actividades extraescolares, los deberes son un mero trámite y sacan buenas notas. Mientras tú y tu hijo vais corriendo a terapia, hacéis los deberes con esfuerzo y encima los malos resultados suelen ser frecuentes.

  No solo yo, sino muchas otros padres que he ido conociendo con hijos disléxicos, una vez que les han hecho todas las pruebas, una de las cosas que hacemos más incapie es sobre el coeficiente intelectual del niño. Hablamos de ello como para reafirmarnos que no solo nuestro hijo no es menos espabilado, sino que encima su coeficiente suele estar en mucho casos, por encima de la media normal. Cuando nuestros hijos se esfuerzan, estudian y sacan suspenso lo comentamos a nuestro círculo cercano, siempre terminamos con la coletilla de lo inteligentes que son nuestros hijos, aunque los resultados académicos , así como, el día a día parecen demostrar lo contrario. Es como si tuviésemos que justificar al mundo y a nosotros mismos, que nuestros hijos son tan listos como el resto.

  A ello yo le sumaría, el hecho que suelen ser niños más lentos en procesar las consignas dadas, por lo que parecen más lentos, incluso torpes, que el resto. Incluso iría más allá, diciendo que son un poco "cuajones". Además muchos se suelen organizar peor que sus compañeros, no saben organizarse bien su trabajo o sus tareas. Se despistan llenando las mochilas, se traen el libro que no era y justo mañana examen, ¡horror!. Llamas tu o él al amigo, localizas los deberes, intentas repasar la lección... y vuelta a parecer más inmaduro, menos espabilado o más "pavo" que el resto. Esto en mi caso no siempre se cumple, tengo una hija especialmente organizada. Otra que jamás se le suele olvidar nada, excepto el día antes del examen. Pero es un desastre organizando sus deberes en casa, no es capaz de terminar nada, todo a medias. En cambio tengo el quinto de mis hijos, que no le pasa nada de esto, se organiza bastante bien. No se que parte del mérito es suya y que parte es del mero hecho de ser el quinto de seis hermanos. Si os sirve de consuelo, con uno de ellos he llegado a tener doblete en casa de libros de texto, para prevenir los olvidos constantes. Creo que no era la solución correcta, fue un error, pues tardó mucho más en espabilarse y en buscarse la vida. De acuerdo que yo estaba más tranquila pues no surgían imprevistos, pero no le hice bien alguno, tenía que haberle dejado caer. Tenía que haber aceptado su lentitud, su desorganización para que poco a poco fuese aprendiendo a llevar el ritmo que se le exigía. 

  Siempre que hablamos de lo listos que son los disléxicos aparece Einstein, el gran disléxico. Según él, esa lentitud que les caracteriza hizo posible que formulase la teoría de la relatividad. Esa lentitud, le hizo ver lo que "el observador no ve". Claro que te anima pensar que quizás tu hijo pueda ser un Einstein. Pero al mismo tiempo es frustrante, ver como pasan los días y tu hijo sigue siendo más lento de lo normal, sobre todo en el mundo actual que vivimos a toda prisa.

  Bueno, pues a pesar de todo este pesimismo es verdad que son niños lístisimos. Sí, lo vuelvo a decir listos como el primero de su clase. Son niños que ven la realidad como Einstein, de otra forma, no se si mejor o peor, pero distinta. A mi me choca ver como interpretan la geometría, no tiene nada que ver lo que ellos ven a como la veo yo.  Lo curioso, es que entre ellos la ven de forma similar y se la explican fenomenal. Yo me paso una hora para explicar una lección tonta de paralelogramos o teoremas, ellos se atascan, y viene uno de mis hijos mayores se lo explica en un minuto y los dos se entienden. Son niños con una sensibilidad especial, y con una inteligencia emocional muy desarrollada. Ven la vida de otra forma, y tienen una sonrisa especial.

  Te enseñan que tus prisas no siempre llevan al lugar correcto, que su lentitud aunque te desespere , tiene un ritmo, que aunque no sea el del resto, es correcto. Lo malo es eso, que suelen llegar a menudo pero un poco tarde respecto al grupo. Son niños que suelen sorprender en la clase, pues en ciertos exámenes cuando toda la clase tiene dificultad ellos son capaces de repuntar y llegar altísimo, incluso a un diez. Ese día estaban inspirados, y decidieron demostrar al resto que no son tontos. El profesor se queda con la boca abierta, se apunta el tanto de la mejoría, sin ver que el mérito es esencialmente del niño, y luego de todo un grupo: pedagogo, profesor y padres. A mi me da igual, si con ello ven el potencial de mis hijos

  En suma deciros que aunque en la puerta del colegio veas que tu hijo es lento, que no va a llegar al nivel exigido. ¡Animo! pues tu hijo aun siendo disléxico, es listísimo. No hace falta justificarse ante nadie, ni demostrarlo, solo hace falta dejar  a tu hijo con su lentitud, que tome su tiempo y nos enseñe todo el potencial que tiene.


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