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02 noviembre 2016

Cuando estás donde siempre quisiste llegar.

Otra parte de mi vida.

Mi vida, tu también eres mi vida, eres una de esas seis vidas que dan sentido a mi propia vida. Ya se que las cosas no siempre llegan cuando uno quiere o lo desea, a veces ni llegan. Ni tan si quiera este post que llevo meses prometiéndote. Mentalmente lo he escrito mil y una veces desde la primavera pasada. Pero era difícil no solo para ti, también para mi gestionar tantas emociones.

Cuando ves que tu niña del alma lleva toda su vida luchando para llegar donde ella considera que debe de estar; cuando se marca objetivos altos y ambiciosos y tu misma dudas de si podrá alcanzarlos, el miedo te invade. Es curioso, pues me invade a mi como madre que no he luchado ni la mitad que tu, que no era mi vida aunque lo sentía como un trozo de mi misma lo que estaba en juego. Sabiendo lo que puede hacer el miedo, como se contagia y como se propaga, no quería hacerlo crecer, no quería ni escribir, ni moverme , ni respirar, solo quería que pasasen los meses , que la vida te diese la oportunidad de estar en donde querías llegar y de verte feliz. En el fondo tenía miedo de verte sufrir.

06 mayo 2016

¿Cuándo terminas de aprender a leer?



Nunca, nunca dejas de aprender y mucho menos de aprender a leer. Está claro y es obvio, pero la realidad es que no es así. En nuestros colegios se creen que cuando pasas de 1º y 2º de primaria ya sabes leer y nadie mas se vuelve a sentar contigo para enseñarte a leer.

La realidad que yo he vivido y que sigo viendo es que el que no lee es o porque es tonto; o porque es vago; o porque simplemente no se entera o es inmaduro.  Uno podrá pensar que soy cruel pero eso es lo que yo he percibido , así me han hecho sentir con alguno de mis hijos. Por desgracia cuando vamos mi amiga Carmen y yo de colegio en colegio, contando lo que nos pasa en nuestro día a día, vuelvo a encontrarme y a sentir lo mismo. Niños con dislexia, en diferentes colegios, diferentes historias y los mismos sentimientos, el mismo sufrimiento y la misma desesperación. 

17 septiembre 2015

La fuerza de la empatía.


Llevamos unos días de locos acabamos de empezar el curso y es un poco estresante. Es curioso todo el mundo tiene nervios el primer día de colegio. Todos los niños, con o sin dislexia, suelen ir ilusionados y a la vez con nervios, miedo e inseguridad. Yo madre parezco una niña pues aunque intentas ocultarlo tienes nervios por tu hijo, pero sobre todo en mi caso por el profesor que nos pueda tocar, incluso a veces mas que nervios tengo miedo.

18 mayo 2015

¿Y tu como me ves?


Personalmente es una pregunta que me no me suelo hacer. Pocas veces me paro a pensar como me ven los demás y menos como me ven mis hijos. Pero creo que es una pregunta que mis hijos si se hacen a menudo ¿ cómo les ven los demás? Como les ven sus amigos, como les ven sus hermanos y sus profesores. ¿Cómo ven su dislexia? Hoy he hecho el ejercicio de ponerme en lugar de uno de mis hijos. He estado hablando y sonsacando ideas y se me saltaban las lagrimas al ver como se sentía en muchas ocasiones.
¿Y tu profesor como me ves?¿Sabías que tu visión condiciona tu conducta? Es decir que si tu profesor me ves como un alumno lento o menos capaz o inmaduro o de los que no se enteran, tu actitud hacia mi será distinta que si me ves de otra forma. Tu lenguaje corporal y tu modo de actuar en el aula conmigo es diferente a como actúas con aquel alumno que suele sacar buenas notas, que presenta las cosas como a ti te gustan y que no te da muchos problemas. No me miras con los mismos ojos, no le lanzas las mismas miradas que a mi y que decir del tono y los comentarios que haces. Me da la sensación cuando estoy en el aula que no me ves con lo ojos del corazón.  Me siento mal. A veces dudo y creo que cuando empiezas a corregir mi examen antes de empezar, solo con leer mi nombre y ver mi letra ya pones cara de circunstancia. ¡Ojo! Que muchas veces te he sorprendido para bien, y fíjate que no soy capaz de convencerte de que merezco la pena, que soy un alumno al que le gusta aprender y sorprender para bien.  Que sonrío todas las mañanas al entrar, pues en el fondo quiero sentirme querido y visto por los ojos de tu corazón. Eres mi profesor y no me apetece caerte mal. Pero según pasa el curso llego a pensar que a veces me tienes manía. Eso no es posible¿ verdad? No me contestes, prefiero creer que eso no puede existir. Eres mi profesor y seguro que te caigo bien, ¿no?

14 diciembre 2014

Llegan las Navidades.


Esta es la última semana antes de  Navidad. Semana intensa de nervios, de emociones, de alegrías y de menos alegrías. Las notas, los esfuerzos recompensados, los no recompensados y la Navidad. En casa mis hijos escriben las cartas a su Rey Mago, cada uno tiene el suyo. Todos piden cosas, pero lo que de verdad piden es ilusión, ilusión y mucha ilusión. Su ilusión es la que ven mermada a lo largo de su curso. Su autoestima no muy fuerte, los esfuerzos no recompensados, las lágrimas por las notas leídas en alto, por los suspensos no merecidos, por las tardes interminables de deberes, por quedarse en blanco en el examen, por no escribir bien, por las faltas de ortografía, por tantas y tantas cosas que les pasan en su año escolar por culpa de ser distintos a la mayoría, por culpa de nadie y de todos. A todos mis hijos y a todos esos niños seguro que su Rey Mago les quiere decir algo muy especial.

18 noviembre 2014

Mi mochila llena


No se como estará vuestra mochila pero en mi casa llevamos algunos las mochilas saturadas. Yo en concreto tengo a una de mis hijas que su mochila va a estallar. Entre los libros que mete por miedo a que se le olvide algo, por miedo a que se le presenten más miedos en su día escolar  y los miedos que lleva dentro, es una mochila que pesa, pesa mucho. Yo por las mañanas cuando la veo colgársela a su espalada miro para otro lado, ¡me da tanta pena lo que pesa! ¡y llevar ese peso todo el día hasta las cinco de la tarde! Tantos miedos dentro de esa mochila que solo pensarlo se me pone un nudo en la garganta. 

30 septiembre 2014

Septiembre y nuestro estrés.


Llevo todo el mes queriendo escribir sobre mil y un temas que me van ocurriendo en el día a día, pero lo siento no llego a todo. No se como será en el resto de las familias pero para mi septiembre suele ser un caos de mes. Inicio curso escolar; vuelta a empezar con las terapias; coordina actividades escolares; prepara todo el material escolar; busca el camino más rápido para salir pitada del colegio con los atascos y no llegar tarde al logopeda; reuniones de inicio de curso; apréndete los turnos que has hecho con las madres de colegio para llevar y traer niños, y….¡ pon a tu hijo a estudiar! A ello le pones que septiembre termina con una bajada de temperaturas, saca ropa de invierno, ponte a probar ropa, marca la ropa para el colegio y que no se me olvide forrar los libros. Este listado podría seguir aumentando si sigo pensando en mi septiembre. Pero lo más importante de todo eso, es que aunque parezca un “corre corre”, un estrés continuo, eso no es nada para lo que le supone septiembre a un niño con dislexia. Por eso tengo en mente escribir post sobre preparar la tutoría, lo prometo. Pero antes de preparar la tutoría, antes de nada creo que tenemos que hacer nosotras un ejercicio personal , unas reflexiones, para lograr auto convencernos de que nuestros hijos son  la bomba de geniales y por cierto además tienen dislexia. No podemos preparar ninguna tutoría si nosotras mismas no estamos convencidas de las capacidades y potenciales de nuestros hijos.

06 septiembre 2014

¡Que solo tiene dislexia!


Llevamos casi una semana de colegio. ¡Que os voy a contar que no sepáis! Estrés de empezar el curso, mochilas, libros, forrar más y más libros, nervios y más nervios. Noche en blanco de pensar con quien les va a tocar, todos los años sacan a todos los alumnos del curso y los vuelven a mezclar. Nerviosos por si nos toca con el niñ@ que el año pasado nos hizo el curso insoportable y no paro de machacarnos. Nerviosos por si el amig@ que siempre nos ayuda está en la misma letra. Yo nerviosa de pensar quien iba a ser el tutor y con pereza, mucha pereza de empezar el curso. En nuestro caso no es empezar el curso, es empezar el logopeda, es mantener la auotestima alta de nuestros hijos, es ir y venir del colegio al logopeda. Es empezar un programa de entrenamiento duro y severo, donde nuestros hijos deben no solo de ponerse al día como el resto de sus compañeros o acostumbrarse al horario. No, para nuestros hijos es un se acabo el tiempo libre entre semana, los domingos son sinónimo de estudiar y más estudiar, los fines de semana dependen de las agendas de deberes, para nosotros son las tardes entregadas en cuerpo y alma a nuestros hijos y sus estudios. Aprender a organizarse y hacer ver al profesor nuevo que no es tonto que solo tiene dislexia. En resumidas cuentas empezar el curso para las familias con hijos con dislexia supone un esfuerzo y una aventura que no te la puedes imaginar a no ser que te toque. Eso sin contar que la gran mayoría se han tenido que examinar en septiembre de alguna asignatura, no les ha dado tiempo a desconectar, y entran en el colegio aun habiendo recuperado con la espada de Damocles de que tenga que repetir el curso que viene. Empezar el curso en esas circunstancias y con esa carga o amenaza rondando la cabeza no es nada alentador, es desmotivador, por no decir inhumano.

27 julio 2014

Disculpe, ¿sabe usted lo que es la dislexia?


Esta es la pregunta que nunca he hecho a ningún profesor de mis hijos y que creo que debería de hacer. Es un gran error por mi parte no haberla hecho. Nada más llegar y hablar por primera vez con un profesor, no se vosotros, pero yo en el primer minuto de la conversación, lo primero que les cuento es que mi hijo o hija es disléxico. Es más creo que si hubiese un record de quien es la primera madre que pide tutoría en el colegio, creo que yo lo tengo casi todos los años. Empieza el curso y a las dos semanas ya estoy haciendo tutoría para informar que mi hijo es disléxico.

Una cosa es contarles que es disléxico y otra es que ellos sepan verdaderamente lo que abarca el término dislexia. Creo que a partir del siguiente curso deberé tener un protocolo a seguir en la tutoría de cada uno de mis hijos: primero presentarme como la madre de tal o cual hijo; segundo informarles que es disléxico y tercero preguntarles que entienden ellos por dislexia. Parece algo obvio, que todo profesor, educador y docente debería de saber. Pues no tienen ni idea, tienen la misma poca idea que tenía yo el día que diagnosticaron a mi hijo el mayor, es decir, nada de nada. Lo más que alcanzan a saber es que tiene problemas de ortografía, pero ya está. Como mucho que la dislexia conlleva problemas de espacialidad, pero ya está.

25 junio 2014

¡Se acabó!


Cuando hace diez días recogí a mi hijo en el último examen de la PAU o selectividad estas fueron sus primeras palabras al montarse en el coche. Yo le dije que si que ya se acabó selectividad, que a divertirse y disfrutar. Cual fue mi sorpresa cuando me dijo:” Mamá no, no es eso, se acabó todo, el colegio y todo”. Así es, se acabó. Se acabó una dura etapa de su vida. Ahora entramos en la nueva donde todo será más sencillo la universidad. Simplemente no vuelvo a ver lengua, simplemente por estudiar lo que me gusta, me dejan examinarme al oral y puedo usar las nuevas tecnologías. En resumidas cuentas me dan los apoyos que necesito para sentirme normal y ser uno más.

21 junio 2014

Lo que me hubiese sabido saber.


Mientras estamos todos como locos con el fin de curso, las fiestas del colegio, la emoción de que llega el calor y la piscina, el relajo de que las vacaciones están ya a la puerta, sobre nuestras cabezas pesan las temidas notas. ¡Horror!¡Pánico! pero sobre todo frustración, esfuerzos no recompensados,  notas que  evalúan ortografía cuando en verdad es la asignatura de ciencias o religión, “se sabía los contenidos pero con esta ortografía no le puedo aprobar”. ¿Que evalúa ciencias o religión o es la profesora de lengua? Cosas de la vida la lengua en cambio aprobada.  Esta historia no es de mis hijos, es de una amiga mía, nosotros en casa hemos escapado todos bien. ¡Gran triunfo! Solo nos queda la gran nota selectividad, hasta el día 24 no sabremos nada, de nada. Mientras tanto seguimos conteniendo la respiración, intentamos pensar en otras cosas y mi hijo se lo está pasando bomba.
Como soy como soy, das vueltas y vueltas a tu cabeza, ves a tu hijo con un pie en la universidad y piensas en el largo camino recorrido. Pienso que me hubiese gustado encontrarme con una amiga al inicio del camino, que me diese confianza y me diese ciertos consejos.

30 mayo 2014

Autoestima y confianza


 Acabo de leer un artículo que me ha gustado bastante, habla de la autoestima y la confianza. Creo que para poder triunfar en la vida ayuda bastante tener las dos. Lo que está claro es que si no tengo autoestima  difícilmente podré tener confianza en mi mismo.
Los niños con dislexia tras pasar el día a día escolar ven su autoestima muy dañada y la consecuencia inmediata es que no tienen confianza en si mismos, en sus capacidades y en nada. Ante la duda siempre van a considerar que la respuesta de su compañero es la correcta. 
¿Cómo poder ayudar con la autoestima? Existen una ayuditas, y digo ayuditas pues por mucho que les ayudes cuando ponen un pie en el aula esa autoestima se esfuma en cuestión de segundos, basta un comentario del  profesor, basta una mirada destructora o un enfrentarse a una explicación que no es capaz de entender para que todas estas ayudas que le has prestado para poder tener buena autoestima se esfumen como el humo. Pero como padres tenemos que intentar todo, cuantas veces haga falta y cuando se trata de autoestima se convierte en una constante en nuestras vidas diarias. Hay que reponer el daño causado en el colegio y encima dejar bien lleno el saco de la autoestima para que cuando la necesite no le falte.

16 mayo 2014

Mis disléxicos: Mi vida,

Mis disléxicos: Mi vida,: Si hijo mío , mi vida eres mi vida. Llevo meses pensando que sentiría cuando todo esto acabase, cuando aprobases , cuando bachillera...

Mi vida,




Si hijo mío, mi vida eres mi vida. Llevo meses pensando que sentiría cuando todo esto acabase, cuando aprobases, cuando bachillerato fuese parte del pasado y hoy ya es realidad.

Decirte que te quiero, que me alegro y que solo nos queda selectividad. Que eres un campeón, que desde los seis años has luchado contra todo pronóstico, contra toda estadística y contra toda adversidad. No se si tendrás el nivel alto en matemáticas o física, no lo sé, ni me importa. Solo sé que has sobrevivido a tu etapa escolar, que aun teniendo malos recuerdos y sufrimientos si lo pones en una balanza hay más de lo bueno que de lo malo. Es cierto que el año pasado fue una pesadilla, por suerte tuvimos la idea del cambio de colegio, pudimos hacerlo, luchaste y aprobaste.