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09 enero 2014

... y vinieron los Reyes Magos!


Si claro que vinieron los Reyes y con ellos llegó la rutina del día a día. No se para vosotros como es lo de la vuelta al colegio, pero para mi es un horror. Aparecen deberes que no nos habíamos acordado de hacer, luego resulta que eran más largos que lo que creíamos, además el libro no sabemos donde lo hemos dejado y por cierto el viernes examen de uno, dictado de otro y encima los regalos de los reyes en el cuarto deseando jugar con ellos. Hasta organizar la mochila supone todo un reto. Hemos perdido el hábito, no nos acordamos del horario y encima no aparece el estuche. Cuando por fin aparece el dichoso estuche, por supuesto no está completo falta justo el bolígrafo que queríamos y la regla ha desaparecido por arte de magia. La casa está todo menos ordenada y hasta encontrar la ropa de deporte es una aventura…

Así poco a poco intentas apagar los fuegos inmediatos para entrar con no muy mal pie en el nuevo trimestre. Nos ponemos a hacer los ejercicios de lengua, resulta que nos teníamos que haber leído cinco fábulas de La Fontaine para rellenar un cuadro comparativo. Me imagino que lo normal para cualquiera de las amigas de mi hija es que eso les lleve como mucho una hora larga, para nosotras fue una tarde entera. Las fábulas las habíamos leído en las vacaciones, pero por supuesto no nos acordábamos, encima rellenar un cuadro comparativo…¡Horror! Vuelta a empezar de cero, pero como los Reyes fueron generosos, saco mi “espíritu zen”, mi paciencia y manos a la obra.

Poco a poco fuimos releyendo cada una de las fábulas, viendo su estructura y su moralidad. Yo se las iba leyendo en alto y ella en silencio me iba siguiendo. Entonces me acordé de algo que leí en un libro estas Navidades, igual de importante es el tiempo para estos niños que la lectura auditiva. La finalidad de la lectura no es otra que el acceso a la información, a conceptos y a aprender, para poder llegar a adquirir un razonamiento fundamentado donde relacionemos todos los conceptos aprendidos, y si encima logramos un espíritu crítico ¡mejor! Como somos muy tradicionales nuestro sistema se basa en la lectura visual y sobre soporte de papel. No entiendo como no somos capaces de evolucionar en este aspecto, pues junto con la lectura visual está la auditiva y la de los dedos o digital. Un ciego no usa la visual y no por eso sabe menos, o se le considera menos listo o se le bloquea el acceso al conocimiento.

 En la sociedad del conocimiento en que vivimos a nuestros hijos disléxicos se les bloquea el acceso a la información, al aprendizaje y a los conceptos pues no se les deja leer de otra forma que no sea visualmente, si pudiesen leer auditivamente todo cambiaría. Cambiaría tanto que quizás no necesitarían tiempo extra, serían igual de rápidos que el resto de sus compañeros. Pero por desgracia seguimos en la misma época que La Fontaine y leemos igual y todo se aprende de la misma forma….

Espero que el año que viene no se nos olvide pedirle a los Reyes Magos que les traigan a los colegios una explicación sobre las distintas formas de leer, la finalidad de la lectura y como nos puede ayudar que nos dejen leer de manera auditiva. Sobre todo el día del examen leyéndonos las preguntas y los dichosos comentarios de texto.

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