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26 noviembre 2013

La perseverancia y la determinación son grandes aliados.



Llevo toda la mañana reunida con un grupo de madres con hijos disléxicos, todas maravillosas y con muchas ganas de cambiar el mundo.  No se si somos tan ambiciosas de pretender cambiar el mundo en un sentido amplio pero si de cambiar el mundo de nuestros hijos. Todas estábamos preparando la presentación a la prensa de la Asociación Madrid con la Dislexia, teníamos que ver el mensaje que queríamos transmitir y como hacerlo. El mensaje era básicamente uno, somos unas madrazas y queremos algo mejor para nuestros hijos disléxicos. Madrazas, si, madrazas con ganas de luchar no solo en el día a día de nuestros hijos, con sus deberes, exámenes, autoestima y su largo etcétera. No, madrazas pues además de abrazar todas las tardes a nuestros hijos y ayudarles en sus múltiples problemas, queremos cambiar algo más en nuestra sociedad, queremos que la dislexia deje de ser un problema, queremos un mundo mejor.

18 noviembre 2013

Creer en mi hijo y entenderle.


Todo el tiempo cada vez que hablamos de dislexia, tarde o temprano, sale el término autoestima. Empezamos a hablar de la autoestima de nuestros hijos, si la tienen, si escasea, si hay que potenciarla, de como evitar que la dañen y así un larguísimo etcétera. Pero antes de todo eso hay que tener una idea clara: tengo que ser capaz de creer en mi hijo. Parece algo obvio y quizás lo sea para todos, pero para mi no es tan obvio. No siempre creo en mis hijos, es decir, podría afirmar que hay días, por no decir temporadas, que creo más bien poco en ellos...¿ el motivo? pues,  no lo se. Llego a pensar que es un efecto colateral de la dislexia en mi como madre. Cuando llevas toda una vida apoyándole, enseñándole, ayudándole,de terapia en terapia, de suspenso en suspenso, con aprobados que conllevan mucho esfuerzo, cuando tienes sensación de estar al borde del precipicio del fracaso escolar, no una, ni dos, ni tres veces, infinidad de veces... y ves que no terminas de sacar la cabeza... todo ello me lleva a no creer todo lo que debiera en mis hijos. No es que no me fíe de ellos; no es eso,  es que aun sabiendo su potencial, aun conociendo sus virtudes, me cuesta creer en ellos, en sus capacidades y en su remontadas. Me cuesta creer y esa es la realidad, no hay más vueltas, ni más justificaciones.

11 noviembre 2013

La etiqueta ayuda mucho.



A principios de septiembre decidí que este curso iba a cambiar la etiqueta de mis hijos. Que cuando empezase como cada curso el peregrinaje de ir de profesor en profesor contando que mi hijo es disléxico, iba a hacerlo con una etiqueta nueva :  "gran reserva". Dicho y hecho, a cada uno de los distintos tutores de mis hijos les he ido presentando cada uno de mis "gran reserva" y tengo que decir que ha funcionado. Por supuesto no es la solución de por vida, no significa que un "gran reserva" signifique un ya no tengo más problemas, ni a librarte del comentario hiriente o del suspenso,  pero ayuda a que le traten de otro modo.

04 noviembre 2013

La dis de la dislexia




El prefijo dis puede tener distintos significados. Cuando uno lo utiliza puede querer marcar una distinción, negación o separación; puede también querer decir una dificultad o anomalía. En el caso de la dislexia yo creo que podemos utilizar el dis de muy diversas formas. Depende de muchos factores, incluido el humor de nosotras como madres ese día.